Desde hace unas semanas, han circulado por las redes sociales imágenes de algunas de las princesas más famosas de Disney con marcas de golpes en sus caras.
La violencia doméstica es un fenómeno que no discrimina edad, nacionalidad, religión, estatus social, nivel de educación, y en este caso, tampoco la condición de “adorables princesas”, que no se salvan del palizón.
Se trata de una innovadora campaña llamada “Happy Never After”, del artista originario de Medio Oriente, Saint Hoax.
El objetivo de ésta, además de sensibilizar y concientizar a las personas sobre esta triste realidad que enfrentan millones de mujeres en el mundo, tiene como propósito incentivarlas a buscar ayuda, exigir justicia y evitar que las agresiones se repitan.
En marzo de 2013, la Cámara de Representantes en Estados Unidos aprobó una vez más la Ley Contra la Violencia a las Mujeres, mejor cocida como VAWA, Violence Against Women Act, la cual refuerza la protección de la mujer desde un marco de legislación estatal y es un apoyo legal básico para la protección de las mujeres como un derecho.
Además, dentro del Departamento de Justicia, existe la Oficina de Violencia Contra la Mujer (OVW) que tiene como misión promover la disminución de la violencia, hacer cumplir las leyes y fortalecer los servicios para las víctimas.
El éxito de esta campaña radica en lo chocante que es ver a las princesas golpeadas e imaginar a los "príncipes azules" agrediéndolas.
Me parece que uno de los principales objetivos de la campaña es invitar a iniciar una conversación más abierta y honesta sobre el asunto, que las mujeres agredidas no sean re-victimizadas, sino presentar cómo este hecho puede ser cotidiano que puede vivir cualquiera, incluso las princesas, quienes según el imaginario colectivo de la sociedad llevan una supuesta vida perfecta y viven felices por el resto de sus días… ¿O no?
Foto: Cortesía Saint Hoax
Por: Linda Artola
Por: Linda Artola
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