Las noticias de retrasos en las obras, chapuzas, revueltas sociales, accidentes laborales y demás se han quedado en minucias al lado de la espeluznante denuncia que hace Mikkel Jensen, periodista danés, y que ha desvelado la revista Placar.
Jensen, periodista freelance, soñaba con cubrir el Mundial de fútbol, “el mejor deporte del mundo”, en Brasil, “un país maravilloso”. Pero el sueño ha mutado en pesadilla después de que el danés decidiese viajar con unos meses de antelación al país suramericano.
Mikkel estuvo en Fortaleza, para él “la ciudad más violenta” de todas las que serán sedes del torneo, y regresó impresionado. Horrorizado, más bien. Tanto que ha decidido renunciar a ese sueño de acudir como periodista al Mundial.
Y explica las razones en un espeluznante relato publicado en su perfil de Facebook:
“Desde hace casi dos años y medio llevo soñando con cubrir el Mundial de Brasil. El mejor deporte del mundo en un país maravilloso. Hice un plan, me fui a estudiar a Brasil, aprendí portugués y estaba preparado para volver.
Y en septiembre de 2013 volví. El sueño se iba a cumplir. Pero hoy, dos meses antes de la fiesta de la Copa del Mundo, he decidido que no voy a seguir aquí. El sueño se ha convertido en una pesadilla.
Durante cinco meses fui documentando las consecuencias que provoca la celebración del Mundial. Son varias: remodelaciones, fuerzas armadas y policía militar en las comunidades, corrupción, abandono de proyectos sociales… Descubrí que todos los proyectos y los cambios se deben a gente como yo -un extranjero y también un periodista internacional-. Estoy siendo utilizado para causar buena impresión.
En marzo estuve en Fortaleza para conocer la ciudad más violenta de todas las sedes de la Copa del Mundo. Hablé con algunas personas que me pusieron en contacto con niños de la calle y luego supe que algunos habían desaparecido. A menudo, los matan por la noche, cuando están durmiendo en una zona donde hay muchos turistas. ¿Por qué? ¿Para dejar limpia la ciudad para los extranjero y la prensa internacional? O sea, ¿por mi culpa?
En Fortaleza conocí a Allison, 13 años, que vive en las calles de la ciudad. Un chaval con una vida muy dura. Él no tenía nada, sólo un paquete de cacahuetes. Cuando nos conocimos él me dio todo lo que tenía, los cacahuetes. Este niño, que no tiene nada, ofreció la única cosa de valor que tenía a un extranjero que llevaba cámaras por valor de 10.000 dólares y una tarjeta Master Card en el bolsillo. Increíble.
Pero su vida está en peligro debido a gente como yo. Corre el riesgo de convertirse en la próxima víctima de la limpieza que están efectuando en la ciudad de Fortaleza.
No puedo cubrir este evento después de enterarme de que el precio de la Copa no sólo es el más alto de la historia en dinero, sino que estoy convencido de que ese precio incluye también las vidas de niños.
Hoy voy a volver a Dinamarca y no volveré a Brasil. Mi presencia sólo está contribuyendo a un desagradable espectáculo en Brasil. Un espectáculo en el que hace dos años y medio soñaba participar, pero hoy voy a hacer todo lo que esté en mi mano para criticar y dar a acoocer el precio real de la Copa del Mundo de Brasil.
¿Alguien quiere dos entradas para el Francia-Ecuador del 25 de junio?”
Y firma Mikkel Jensen, periodista danés independiente y corresponsal en Río de Janeiro.
Jensen, por razones obvias de seguridad personal, pidió que esta noticia no se publicase hasta que él hubiese salido de Brasil y regresado a su país.
Fortaleza, la ciudad donde según el periodista danés se matan niños de la calle, acogerá seis partidos del Mundial en su flamante y remodelado Estadio Gobernador Plácido Castelo.
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