El caso de Lina Medina Vásquez fue muy comentado en la decado de los 30 debido a que con tan sólo cinco años de edad se conviertió en la madre más joven del mundo cuando dio la vida a un niño que curiosamente nació totalmente sano.
Originaria de Perú, la pequeña se dio cuenta que su vientre comenzó a crecer y al comunicárselo a su padre, este se dejó llevar por las habladurías de la gente, que le recomendaron llevar a la niña con un chamán. Sin embargo, estos le dijeron que podría tratarse de un tumor, por lo cual decidieron llevarla a Pisco, la ciudad más cercana.
De no haberla llevado allá, donde un doctor la examinó y decidió que debían transladarla a Lima, le hubieran realizado una serie de experimentos innecesarios, pues en la capital peruana les dieron la noticia de que la menor estaba embarazada.
Así, el 14 de mayo de 1939, la pequeña fue sometida a una cesárea y paso 10 años de su vida conviviendo con su hijo, Gerardo, como si fuera su hermana mayor hasta que sus abuelos le confesaron que en realidad Lina era su madre.
El suceso fue tan sonado que la familia recibió múltiples ofertas para que contaran su historia al mundo, sin embargo, no aceptaron ninguna por miedo a que los exhibieran como fenómenos.
Meses después, recibieron una propuesta más convincente de parte de unempresario estadounidense que les ofreció 5,000 dólares a cambio de que madre e hijo fuesen investigados por científicos norteamericanos. El trato incluía un fondo de dinero que garantizaría el bienestar de la familia de por vida.
No obstante, las autoridades peruanas se opusieron totalmente alegando que Lina y Gerardo podrían encontrarse en peligro moral. Pero eso no impidió que conociéramos la verdad, pues tiempo después las investigaciones médicas se dieron a conocer; la niña menstruó a partir de los 2 años y 8 meses, y quedó embarazada 2 años después.
¿Cómo?
Su padre, Tiburcio, estuvo preso durante varios días bajo sospecha de violación, pero se le dejó en libertad por falta de pruebas. Con el tiempo, las sospechas recayeron sobre uno de sus ocho hermanos, que tenía discapacidad intelectual, dejando el caso archivado y concluido.
Pese a ello, Lina fue considerada como una Virgen María y todavía hay quien piensa que Gerardo era un auténtico hijo de Dios.
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