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Dejó morir a su pequeño hijo por estar enviando fotos de su miembro a mujeres

Justin Harris, padre de 33 años, dejó morir de calor dentro de su automóvil a su bebé mientras mandaba mensajes sexuales a varias mujeres, entre ellas una adolescente, a las que envió imágenes de su pene erecto entre otras.

El detective del condado de Cobb, Phil Stoddard, advierte que Harris no merece salir bajo fianza pues dejó al niño intencionalmente dentro de su vehículo, mientras el disfrutaba de charlas sexuales a través de su teléfono móvil.

Informan que el día de la tragedia, el 18 de junio, Harris olvidó dejar a su hijo en la guardería, decidió dejarlo dentro de su auto y entrar a trabajar. Durante sus horas laborales, hizo sexting con unas 6 mujeres, entre las que se cuenta a una menor de edad.

Mientras él ocupaba el tiempo en conquistar mujeres, su hijo de 22 meses de edad, moría de calor en el interior de su SUV.

Investigaciones preliminares revelaron que Harris ya había sostenido encuentros con varias mujeres que trataba por medio de redes sociales virtuales. Trasciende que una semana antes de la muerte de su hijo, el acusado visitó sitios de internet que sirven como instructivo para sobrevivir en la cárcel y otros dedicados a adultos que quieren vivir una vida “libre de niños”. Las sospechas son aterradoras.

Sin embargo, el abogado de Harris, Maddox Kilgore, advierte que las consultas de internet de su cliente no tienen relación con la muerte del menor.

El bebé pasó 7 horas dentro del vehículo estacionado, la temperatura ambiente era de 31 grados centígrados. El forense ha determinado que el niño murió de hipertermia y que el caso puede tratarse como un homicidio.

Y es que Harris argumenta que olvidó llevar al niño a la guardería y que no se dio cuenta de que seguía en el auto con él.

Las cámaras de seguridad en el estacionamiento del lugar de trabajo de Harris, captaron al padre saliendo a comer con otros compañeros, de regreso pasó a dejar una bolsa con focos de luz que compró durante su hora de comida; abrió la puerta del copiloto de la SUV, dejó los focos, cerro y regresó a trabajar. El niño agonizaba.

Una compañera que acompañó a Harris a la hora de la comida el día de la muerte del bebé, declaró que su amigo habló de lo mucho que amaba a su hijo y de que esa tarde irían juntos al cine.

Al salir del trabajo, Harris subió a su vehículo, bajó los cristales de la ventana pues “olía muy mal” y condujo un par de kilómetros hasta llegar al estacionamiento de un centro comercial, bajó del carro y comenzó a gritar pidiendo ayuda.

Testigos afirman que el padre estaba conmocionado y no paraba de rogar a Dios que le “devolviera a su hijo”.

La Policía destaca que cuando la madre del niño, Leanna Harris, fue informada de lo ocurrido, no mostró reacción alguna, lamentó la muerte y pidió muy seria hablar con su esposo. Durante el encuentro con su marido, Leanna le preguntó “¿Has hablado demasiado?”.

Leanna había acudido a recoger a su hijo de la guardería a la hora habitual, ahí el personal le indicó que su esposo no había dejado al niño, la mujer se tranquilizó y pensó que su marido se lo había llevado al trabajo y lo había dejado en el coche. Leanna no cree que su esposo sea culpable de asesinato.


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