Parece un caso De Ripley, pero no lo es pues es científicamente conocido que las serpientes pueden morder incluso hasta una hora después de haber sido decapitadas, como sucedió con esta “cobra escupidora de Indochina”.
Lamentablemente eso fue desconocido por el cocinero Peng Fan, nacido en la ciudad china de Foshan, en la provincia de Guangdong, pues tras tozar una cobra, para cocinar su carne en una sopa muy solicitada en esa provincia, cogió con la mano la cabeza del reptil para arrojarla a la basura, cuando recibió la mordida mortal.
Según informó el Daily Mail, el hombre murió de asfixia, producto del veneno neurotóxico que paralizó su sistema respiratorio, antes de que se le pueda inyectar el antídoto.
La carne de esta especie de cobras es muy solicitada en China, debido a su sabor y a las propiedades curativas que le atribuyen. Sin embargo, esta demanda gastronómica ha hecho que su número disminuya considerablemente, en sus lugares de origen como Tailanda, Camboya, Vietnam, Laos y Birmania.
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