La Doctora Jacqueline Vaughn dejó una hamburguesa, papas y nuggets de pollo de McDonald´s en un plato de su consultorio desde enero de 2013, con el propósito de que sus pacientes reflexionaran sobre la comida que ponen dentro de su cuerpo.
Sorprendentemente, la comida no registró gran cambio durante todos esos años. De acuerdo a la doctora, la comida «no emite ningún olor, está básicamente momificada. Aún puedes observar el queso y los pepinillos en la hamburguesa».
Lo más preocupante es que ni siquiera los insectos ni las hormigas se acercan a la «comida» en el verano, evitándola a toda costa.
De acuerdo a expertos, el responsable de esta antinatural longevidad de la comida de McDonald´s es el propionato de calcio, un conservador que no es tóxico si no se come a diario.
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