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La extraña maldición que azota a los Teletubbies

A fines de la década de los 90 la BBC de Londres lanzó la exitosa serie infantil Teletubbies. El suceso se trasladó rápidamente a todo el mundo: miles de nenes se sentaban frente al televisor todas las tardes a ver a esos cuatro extraños personajes entre extraterrestres y muñecos de peluche, y repetían palabras malformadas como “abazo” (abrazo), “tubitotaaa” (tubi tostada) y otras que generaban la furia de algunos teóricos de la educación infantil.


Pero según contó uno de los intérpretes de los personajes infantiles y tal como publica la revista española Sofilm, parece que el lugar en el que se filmaba el mundo de ensueño de los tubbies estaba maldito.

“Los teletubbies olían a vagabundo”, relató el actor Dave Thompson, alguna vez especialista en stand up hasta que se topó con el traje de Tinky-Winky. “Transpirábamos como patos y pese a que humedecían los trajes por las noches, el olor no se iba”; contó a casi 20 años de sus performances bajo un traje que pesaba “unos 20 kilos”.

Pero la maldición, según Thompson, no pasaba por ahí, o al menos no solamente. “Todo el mundo sabía que el lugsr de filmación estaba maldito”, dijo, en relación a la leyenda que cuenta que el 14 de febrero de 1945 encontraron a unos 3 kilómetros del lugar el cuerpo sin vida de un granjero de 74 años, clavado al suelo y desangrado. Un garfio había desgarrado su pecho y dibujado en él una cruz de sangre.

Según parece, además, la maldición se la agarró con él, ya que relató que el día de 1996 que finalizaron la filmación de la primera temporada (que se emitió en 1998), recibió una carta que decía que lo habían echado. Por eso no duda en pintar a la productora general del ciclo, Anne Wood como “una mezcla de Margareth Thatcher y la reina Isabel I”.
“Los teletubbies recuerdan a los mutantes de la película Cromosoma 3, de David Cronenberg” (Bret Easton Ellis, escritor)

Para colmo, luego del despido, su novia lo dejó por otro actor. Más tarde, para continuar con la desgracia, sufre un accidente practicando buceo y casi queda sordo de un oído.

“Después de aquello me casé y mi primera hija nació ciega de un ojo y parcialmente sorda. También tiene serios problemas de conducta y de aprendizaje”, completó el pobre Thompson.



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